¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una emoción natural, guarda algunas similitudes con otras reacciones emocionales, tales como la alegría, el enfado, la tristeza, el miedo, etc. La ansiedad es experimentada como una emoción desagradable, negativa, que surge en una situación ante la que el individuo percibe una amenaza (posibles consecuencias negativas). Para afrontar esta situación y tratar de reducir las consecuencias negativas el individuo debe ponerse en alerta.
La reacción emocional puede observarse a un triple nivel: cognitivo-subjetivo (la experiencia), fisiológico (cambios corporales) y motor (conductual-observable).
¿Qué son los trastornos de ansiedad?
La ansiedad es una emoción universal que experimentan todos los individuos en mayor o menor grado. Sin embargo, más de un 15% de la población general llega a sufrir alguna vez a lo largo de su vida algún trastorno de este tipo, que consiste en una serie de reacciones (a nivel cognitivo, fisiológico y motor) demasiado intensas, o demasiado frecuentes, o simplemente poco ajustadas a la situación en que se encuentra el individuo. Estas manifestaciones llegan a ser patológicas en muchos casos, dificultando la vida normal de estas personas, o haciéndoles sentir experiencias muy desagradables en algunas situaciones.
En muchos casos, la ansiedad de una persona está provocada por sus propias manifestaciones: se tiene mucho miedo de la experiencia desagradable de ansiedad, pero este temor la produce (de manera que es un círculo vicioso).
Todas las personas tienen capacidad para reaccionar con ansiedad ante determinadas situaciones. Lo mismo que todas las personas tienen capacidad para reír, llorar, enfadarse, etc., también tienen capacidad para reaccionar con ansiedad ante una situación de amenaza.
¿Cuales son las causas que nos provocan ansiedad?
Provocan ansiedad aquéllas situaciones que pueden tener consecuencias amenazantes para el individuo. La reacción de ansiedad es una reacción de alarma ante un peligro potencial. Se han hecho diferentes clasificaciones sobre tipos de situaciones ansiógenas (que producen ansiedad), pero podemos incluir como situaciones susceptibles de producirla (aunque no la producen con la misma intensidad en todos los individuos), las siguientes situaciones:
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peligro físico (en las que peligra la supervivencia o la integridad del individuo),
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evaluación (en las que el sujeto se siente evaluado y el resultado de esta evaluación puede arrojar un saldo positivo o negativo),
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amenaza interpersonal o social (situaciones más cara-a-cara que las anteriores),
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aquellas situaciones en las que se encuentran elementos fóbicos (viajar en avión, inyecciones, sangre, tratamiento dental, animales inofensivos, aglomeraciones, espacios cerrados, aguas profundas, etc.),
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situaciones ambiguas o novedosas (desconocidas para el individuo, sobre las que no tiene experiencia),
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las que el individuo percibe una pérdida de control (pérdida de control sobre los resultados, sobre su ansiedad, sobre su conducta, etc.)
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pero cualquier situación cotidiana (como intentar dormirse, trabajar, estudiar, etc.) puede ser una situación ansiógena, si el individuo está pensando en cosas amenazantes, o que pueden tener consecuencias negativas para sus intereses.
Algunas situaciones cotidianas tienden a producir niveles altos de ansiedad en bastantes individuos, como por ejemplo:
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estudiar,
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trabajar,
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al ir a dormir, etc.
Las personas que están nerviosas en este tipo de situaciones, de alta frecuencia, suelen ser personas nerviosas, en general. En términos más psicológicos, diríamos que estas personas probablemente tendrán altas puntuaciones en los test que miden rasgo general de ansiedad. Para los individuos con alto nivel en estos test, prácticamente cualquier situación puede generar altos niveles de ansiedad, aunque no suceda nada en especial.
Para algunos individuos, por ejemplo, aquellos que padecen un trastorno de ansiedad generalizada, en cualquier situación, por cotidiana que sea, puede haber altos niveles de ansiedad.
¿Por qué la misma situación puede provocar mayor o menor grado de ansiedad?
Depende de cómo interpreta individuo la situación. Si un individuo interpreta que una situación puede suponer una amenaza y que no tiene recursos para afrontar esa amenaza, reaccionará con ansiedad. Ante esa misma situación otro individuo, puede interpretar las consecuencias como menos amenazantes, y concluir que tiene más recursos para afrontar esas posibles consecuencias negativas. Este segundo individuo reaccionará con menos ansiedad que el primero ante la misma situación.
La interpretación que cada individuo haga de una situación determinará en gran medida la intensidad de la reacción. De acuerdo con la valoración subjetiva que lleve a cabo cada persona, cuanto más amenazantes sean las consecuencias de la situación y cuantos menos recursos para afrontarla tenga el individuo, mayor será la reacción.
¿Las diferencias individuales en la reacción de ansiedad ante una misma situación indican patología?
Si un individuo reacciona en alguna ocasión con altos niveles de ansiedad ante una situación, ante la que otros individuos no experimentan tanta, podemos hablar simplemente de una reacción de alta intensidad, o de una reacción aguda de ansiedad en un nivel no demasiado alto, que es puntual y no extrema. Esto no suele suponer ningún trastorno.
El problema vendría si esta forma de reacción aguda es excesivamente intensa, como en los ataques de pánico o crisis (en los que el individuo no puede controlar su ansiedad y alcanza niveles extremos), o bien cuando se establece dicha reacción aguda como un hábito, es decir, si una reacción de ansiedad de alta intensidad se vuelve crónica, o se vuelve muy frecuente.
La reacción aguda no siempre es patológica, sino que puede ser muy adaptativa. Por ejemplo:
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si la situación que la provoca requiere una fuerte reacción de alarma que nos prepare para la acción (si se nos exige una gran concentración en una tarea para la que se necesitan muchos recursos de la atención),
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o si requiere una gran activación fisiológica (porque necesitamos tensar más los músculos, bombear más sangre, más oxígeno, etc.),
dicha reacción de ansiedad nos ayudará a responder mejor ante esta situación.
¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?
Los síntomas más frecuentes son:
1. A nivel cognitivo-subjetivo:
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preocupación,
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temor,
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inseguridad,
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dificultad para decidir,
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miedo,
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pensamientos negativos sobre uno mismo
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pensamientos negativos sobre nuestra actuación ante los otros,
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temor a que se den cuenta de nuestras dificultades,
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temor a la pérdida del control,
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dificultades para pensar, estudiar, o concentrarse, etc.
2. A nivel fisiológico:
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sudoración,
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tensión muscular,
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palpitaciones,
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taquicardia,
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temblor,
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molestias en el estómago,
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otras molestias gástricas,
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dificultades respiratorias,
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sequedad de boca,
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dificultades para tragar,
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dolores de cabeza,
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mareo,
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náuseas,
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molestias en el estómago,
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tiritar, etc.
3. A nivel motor u observable:
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evitación de situaciones temidas,
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fumar, comer o beber en exceso,
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intranquilidad motora (movimientos repetitivos, rascarse, tocarse, etc.),
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ir de un lado para otro sin una finalidad concreta,
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tartamudear,
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llorar,
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quedarse paralizado, etc.
¿Se curan los trastornos de ansiedad?
Hoy en día es fácil superar estas dificultades o sufrimientos, ya que estos trastornos son bien conocidos y se pueden tratar con éxito con técnicas psicológicas y, a veces, farmacológicas. La aplicación de las técnicas psicológicas supone una especie de entrenamiento que dota al individuo de nuevos conocimientos y nuevas habilidades para controlar este trastorno.